El asilo se solicita por miedo de regresar al país de origen, basado en opinión política, religión, raza, origen natural o membrecía en grupo social.
Se debe solicitar dentro de un año desde la entrada a los Estados Unidos. La persona lo puede solicitar afirmativamente o de forma defensiva si a la persona ya le iniciaron procedimientos de remoción. Las bases del asilo se tienen que documentar extensivamente para comunicar el miedo tan grande que tiene la persona de regresar. Si es afirmativa, el proceso consiste en someter la solicitud, tomarse las huellas y tener una entrevista con un oficial de Inmigración. Si es delante de un juez, tendrán varias citas preliminares y un individual donde se presente el caso con evidencia, testigos y testimonio del aplicante. Es un proceso muy delicado que debe de ser manejado solamente por un abogado de inmigración con experiencia.
La ley NACARA fue pasada en el Congreso de los Estados Unidos en 1997 por el presidente Clinton.
Esta ley contempla varios beneficios migratorios y perdones de deportación para algunos Nicaragüenses y Cubanos, otros ciudadanos centroamericanos y ciudadanos de países del bloque soviético que hayan llegado como asilados. Esta ley les permite ajustar su estatus a ciudadanos permanentes legales.
La ley de protección de menores CSPA es bien interesante. Permite que una persona mayor de edad siga siendo tratada como si fuera menor de edad.
La fórmula no es muy complicada, lo que es más difícil, es la interpretación. El cálculo es tomar la edad del joven cuando le llegó el turno para la residencia, menos el número de años que la petición estuvo pendiente. Eso es en el caso de peticiones de residentes. En el caso de peticiones de ciudadanos es mucho más fácil. Simplemente se congela la edad que el joven tenía cuando se presentó la petición.
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