Les saluda Jorge Rivera, abogado de inmigración.
El problema con la salida voluntaria es que, si no cumples con ella (generalmente te la da un juez de inmigración), se convierte automáticamente en una deportación. Generalmente, la salida voluntaria es otorgada por un juez de inmigración y tiene un plazo máximo de 120 días.
Si no sales durante ese tiempo, la salida voluntaria se convierte en una orden de deportación. El problema más grande no es solo la orden de deportación, sino que no calificas para la residencia por 10 años si no cumpliste con la salida voluntaria. Ese es el problema.
Por eso, la recomendación en la corte de inmigración es que, si tu no vas a salir, es mejor aceptar la orden de deportación y decirle al juez, a través de tu abogado obviamente, no vas a estar solo en la corte de inmigración, que vas a apelar a la cámara de apelaciones. Así, no te detienen en el momento. Generalmente, no te agarran en el momento, especialmente si tu abogado le dice al juez que van a apelar.
Es crucial no aceptar una salida voluntaria si no estás preparado para salir en los 120 días. Es peor aceptar la salida voluntaria y no salir que aceptar una orden de deportación y apelar. Asegúrate de estar bien asesorado por un abogado en la corte de inmigración.