Muchas personas me están preguntando en las redes sociales si es que se puede calificar en base al tiempo que llevan en los EE.UU.  

Le saluda Jorge Rivera abogado de inmigración.

-Y la respuesta de ello es que depende.
Hay personas que logran resolver en base al tiempo y hay otras que no.
Y lo peor es que muchas son víctimas de estafas, engaños, y falsas esperanzas.
Porque sí: hay algo que se llama la ley de diez años, pero no es automática; solo porque tú, llevas diez años aquí, no significará que te van a dar la residencia… Tienes que cumplir con ciertos requisitos bien particulares como por ejemplo:
No solo llevar el tiempo acá.
Se precisa también tener un familiar: una esposa, esposo, padre, madre, hijo o hija que sea residente o ciudadano americano.
Es suficiente con peticiones correspondientes de un solo familiar.

Y así funciona el engaño que hacen muchos abogados:
Les dice “tú tienes diez años acá y tú tienes el familiar… entonces vamos a aplicar por la ley de diez años”;
Ponen a la persona delante de un juez en proceso de deportación.
Cuando el juez, escuche su caso, probablemente lo van a negar porque le faltó el último elemento:
el sufrimiento, el más importante.

Hay un requisito que la familia, los residentes, o ciudadanos americanos vayan a sufrir algún sufrimiento excepcional y no usual.
Un sufrimiento fuera de lo común, fuera de lo normal. Sufrimiento que generalmente es una enfermedad, pero no necesariamente.

Puede ser una des habilidad, por ejemplo, si tienes una esposa en una silla de ruedas, si tienes un hijo que tiene un retraso mental y que no se vale por sí mismo.
O sea, hay muchas razones por las cuales puede haber un sufrimiento fuera de lo normal de parte del familiar.
Pero si no tienes ese sufrimiento el caso te lo negarán.
-Ahora: 
La decisión de aplicar por el tiempo, con la ley de diez años, es más sencilla si tú ya estás en proceso de deportación porque ahí hay que pelear lo que sea:
Aunque tengas un asilo débil.
Aunque tengas una ley de 10 años débil.
Hay que pelear.
Porque estás en las últimas a punto de caerte en el precipicio.

-Pero si no estás en proceso de deportación hay que pensarlo dos veces. 
Y hay que evaluar si tu caso es lo suficientemente fuerte, si es que tienes ese sufrimiento. 
Porque si no tienes el sufrimiento puedes tener el tiempo, puedes tener los familiares. Pero si no hay implicado un sufrimiento fuerte, como un problema de salud o una des habilidad o algo por el estilo mejor no intentarlo.
Mejor no a pagar el dinero porque te están engañando, te están embarcando… 
en un proceso que posiblemente desencadene una deportación, aunque te den un permiso de trabajo en el camino. 

-¿De qué te sirve un permiso de trabajo si el final es un desastre que te manden de regreso a tu país?
Por eso es importante tener un abogado que, en buena fe, evalúe tu caso y ponga los pros y los contras en la mesa.
Te lo explique, te diga, “mira, técnicamente tú calificas, pero no tienes el sufrimiento y por lo tanto tu caso probablemente lo van a negar”.
…
Es la regla de buena fe que nosotros tenemos en nuestra firma; la que implementamos cuando tomamos la decisión y manejar un caso.
Por eso es que no tomamos asilos, cuando realmente no hay una base de una persecución, que se pueda legar con inmigración.
Y así sucesivamente.
Si hay posibilidades de ganar tu caso el caso se toma.
Pero si no hay posibilidades porque te hace falta un elemento indispensable como el sufrimiento que hace tu caso especial que es un requisito legal.
No pierda su tiempo.
No pierdas tu dinero.
Y no dejes que te engañen.

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